jueves, 22 de marzo de 2007

En las Rocas


Me siento en las rocas de la Avenida Perú, Viña. No tengo nada que hacer, ningún lugar en el que estar y nadie a quien ver... Estoy desocupado. Qué situacion más frustrante. Pero bueno, me lo busqué. A ella le dije que estaba cansado... a ellos que estaria con ella. Así que aquí estoy, disfrutando mi confinamiento en solitario al aire libre. La gente pasa sin cesar. yo me relajo y me entretengo en mirarlos y no verlos. Pasan como sombras de colores frente a mí. Me aburren y les doy la espalda. Tal vez el mar me de algo más interesante con lo cual darle partida a un sin número de pensamientos que de seguro vendrán en cualquier momento a mi mente, como suele pasar cuando no se hace nada y se quiere todo. Reviso mi mochila por si encuentro algo interesante, ya que el mar, rítmico como es, no me ofrece nada más que los transeúntes. Agua mineral, un cuaderno y dos lápices. Dibujaré algo. Busco otra vez a mi alrededor. Inspiración! Nada. Miro hacia cada lado como rogando por una ayuda. Ahí la vi, sentada, como respuesta a mi grito mudo. Debe haber llegado mientras estaba sumergido en mi mochila. Imposible que no la haya visto antes. ¿Está sola? Eso parece. Mira hacia el vacío. Obviamente logró lo que yo no, encontrar el puente entre el mar y su ensueño. Me fascina. Me maravilla con su mirada perdida en la espuma, tan ajena al resto como yo. no creí encontrar a otro forastero. Escucha música, eso ayuda. Debí traer la mía. Me le quedo mirando, hipnotizado como no lo lograron conmigo las olas. Comienzo mi deleite. Muevo el lápiz rapidamente.
-Eres hermosa...¿Cómo te llamas?- le pregunto en mi mente, inocentemente...Iluso. En el ruido del agua contra las piedras encuentro la música que me faltaba.
-Paola- escucho derepente y me detengo... -Mi nombre es Paola y y el tuyo?- más claro aún.
La miro detenidamente. No se mueve, sólo mira el mar.
-¿Paola?
-Sí, y tú?
-Enrique... bueno Kike-dije torpemente en voz baja. Ella se voltea y me mira severa, como diciendo "así no funciona".
-Kike- digo mentalmente.
-Espero que me estes favoreciendo en el dibujo- oigo resonar. Su voz es dulcey suave, como la brisa.
Me sonrío y respondo:
-No te puedo ver la cara, pero haré lo que pueda... cuantos años tienes?
-18 y tu?
-17
En eso llega un tipo. Detengo el lápiz. De camisa y lentes de sol. La besa fugazmente, con despreocupación y se sienta a su lado y le comienza a hablar, como contándole algo, en lo que ella obviamente no se interesa. Debe ser de esos a los que les gusta tanto el sonido de su propia voz que no se dan cuenta de la desesperación del otro por huir de ahi.
-¿Quién es?
-Nadie - me responde.
Ella no se quita los audífonos, obviamente él le molesta.
-Ayúdame- escucho su voz imaginaria.
-¿Qué puedo hacer?
Ella sigue mirando al mar, sin prestarle atención al pololo que sigue contando una anécdota a la que sólo él encuentra gracia... y eso le parece suficiente. Ella se quita los audifonos y por primera vez lo mira a la cara...
-¿Qué hago?- repito.
El hablador sigue su historia, independiente del mundo. Ella por primera vez calla en mi mente, vuelve sólo el ruido de las olas. Ya no puedo dibujar. El croquis no está listo. La mira una vez más. Ya no veo su rostro, mira al suelo, a las piedras, buscando un salvavidas tal vez. Ya no aguanto más. Me pongo de pie, llevando mi mochila al hombro y mi cuaderno en una mano. Llego hasta la pareja. Él me mira sorprendido, ella también.
-Te vengo a ayudar, vamos!- y le tiendo mi mano.
Ella sonríe y se levanta aceptando, ante la mirada incrédula de este ex-pololo que no encuentra su sitio en este puzle desarmado. Me despido de él amable, casi burlón, ella hace lo mismo, y nos vamos de la mano, saltando piedras, dejándolo a él sólo con las olas, las gaviotas y las sombras de colores. La miro, ella me mira sonriendo.
-No termine el dibujo, Paola, pero sales bien según yo...
Ella me mira con una sonrisa de extrañeza y me dice:
-Mi nombre no es Paola, me llamo Alejandra ¿Qué dibujaste? Déjame ver... Y nos alejamos caminando al ritmo del mar...
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(Esta es la historia casi real de este dibujo... no fue taaaaan taaan así, pero si hablé con ella, resultó ser muy simpática, y le gustó el dibujo... lamentablemente, perdí su número...)

domingo, 18 de marzo de 2007

Una triste cancion de cuna




Me bajo del auto con mi mochila al hombre y me despiden con un "nos vemos más rato". Respondo ausente mientras suena una canción que me gusta en mi mp3. Miro el cielo, para asegurarme de que es el mismo que solia ver. Hace mucho que no vengo. Todo ha cambiado, pero sigue igual. Me lleno los pulmones de ese refrescante aire con olor a sal. Su imagen pasa por mi mente como una gaviota y me recorre un escalosfrío. Debo verla. Me quedo parado en mi sitio un momento... Todo es familiar. Es de esas situaciones en que sientes que hasta las plantas te dan la bienvenida. Voy pasando por las vitrinas que recorrí alguna vez. Miro a los vendedores como si ellos tuvieran que recordarme por alguna razón. Me veo en el reflejo del vidrio. He cambiado. ¿Me irá a reconocer? Sigo escuchando esa cancion melancólica. El tipo en el vidrio sigue supaso. Saludo al conserge amigo del edificio con piscina al que me dejaba entrar cuando el calor mataba y las playas estaban llenas... Conversamos dos segundos y me despido, tengo que ir a verla. Paso al lado de la verdulería y me pongo a conversar con la tía que siemrpe me guardaba los mejores tomates. Pero no me entretengo. Esa triste cancion suena fuerte, y a medida que avanzo, siento ams pesada la mochila y el nudo de mi garganta. Voy pensando en qué le voy a decir cuando la vea. Repaso el discurso una y otra vez en mi mente, incluso en voz alta. Abro la puerta y dejo mis llaves y apago mi mp3. No sé lo que es más triste que todavia reconozca este departamento como mi hogar, o que ya no me sintiera en casa... Llego al umbral de su pieza. Ahi está sentada. No se da cuenta de que estoy aquí. Olvido mis palabras ensayadas. Esa triste cancion de cuna suena aún mas fuerte y ya no puedo escuchar mis pensamientos. Le grito "¡te quiero!" pero al abrirse mis labios no sale nada... Finalmente me ve... Me reconoce y me tiende sus brazos llamándome tiernamente por mi nombre como sólo ella puede pronunciarlo. Voy y nos abrazamos. Quiero decirle "mira como he cambiado, mira como he crecido", pero no puedo, no puedo hablar... Soy un niño otra vez. Siento tibios los ojos. Sólo la abrazo, me da un beso en la mejilla y es como agua en el desierto... esa cancion de cuna ya no es triste... y sólo quero quedarme así, en el sitio más seguro y tibio del mundo... Hace mucho tiempo que no lloraba... Hace mucho tiempo que no veía a mi vieja...

viernes, 16 de marzo de 2007

Cajero de Vidrio


Hoydía me tocó ir al banco... nada especial, cobrar un cheque... simplecito. Llegué, pregunté y fila... No me tomen a mal, lectores. No me molesta ir al banco... bueno, no tanto... Tiene su gracia. Una vez leí que Tolstoi se inspiraba para escribir en la gente que veía pasar en la plaza, bueno, algo parecido ocurre en el banco. Me puse a la fila y (a falta de mp3) me puse a observar a las personas... muy psicópata, pero hey... Fue interesante... Un tipo... grueso mirando detenidamente el cheque que seguramente acababa de recibir y calculando en su celular por si se lo fregaron... Una viejecita de esas chiquititas todas abuelitas tiernas que ya te las imaginas trayéndote galletitas cuadno las vas a ver... una de estas ejecutivas modernas, con un bolso enorme y una carpeta llena de papeles que se ve que le faltan manos para los negocios que lleva... y el típico ente extraño del final, un sujeto de camisa amarilla fosforescente y pantalones rayados y una corbata que seguramente era a pilas, hombre de personalidad al parecer... Así me entretuve, hasta que un personaje me llama la atención. No está en la fila, pero su voz resuena en el salón del banco con su monotonía. El cajero llama "siguiente" haciendo notar que preferiría estar en mil lugares que ahi con nosotros... es casi como el sonido del teléfono marcando... "Siguiente" repite un poco mas fuerte, sin subir ni bajar el volumen y la mujer delante mío salta dándose cuenta de que esta poniendo a prueba la paciencia de este ente protegido tras el vidrio. Yo me río en voz baja. Ella le dice hola a él. Muy fuerte o tal vez alegre para la situación. Y obviamente siente nuestras miradas sobre su espalda. Este hombre de rostro de vidrio la mira severo, pero sonríe, satisfecho de que alguien mirara mas allá del cristal que habla. Así que ella no tuvo tiempo de arrepentirse, y a pesar de que nuestro intachable cajero no respondió, me atendió con uan amable sonrisa cuando fue mi turno y respondi a su "sigueinte" levantando ua mano como pidiendo la palabra y diciendo "yo!"... secretamente todos agradecimos a esa mujer que nos ayudo a romper el cristal que todos teniamos delante... Santiago no es tan malo como parece, sólo no hay que olvidarse de ser impredecible... icluso para uno mismo...

martes, 13 de marzo de 2007

Trámite pendiente...

Señoras y señores, damas y caballeros, por favor saquen número, póngase en a fila, tome su turno, avance, está bloqueando, tome asiento, lo llamaremos cuando su presencia sea absolutamente necesaria. Su tiempo es valioso, también lo es el nuestro. Dígame su número, dónde nació, como se llama y lo transferiremos a un organismo superior que se encargará de su problema para proporcionarle el beneficio adecuado a su situación. No tiene que preocuparse por nada, sacaremos lo mejor de usted. Páseme sus documentos. Dígame el porcentaje. Siga caminando. No tenemos nombre. No usaremos el suyo. Lameme por mi cargo, un subordinado de un superior. Estamso para servirle y usted a nosotros. Evite el contacto visual. Mantenga el diálogo estrictamente necesario. Evite distraer al administrativo a su lado. No nos llame que lo llamaremos cuando no podamos prescindir de su presencia. Usted es nuestra inversion y como tal nos haremos cargo de su caso mientras procure una ganancia nuestra organización.¿ Su medida? ¿Su peso? ¿Su edad? usted es nuestro. Lo marcaremos electrónicamente. No sentirá nada. Relájese. Recuéstese. Levántese y siga caminando... está bloqueando la fila...Tome un número... Tome asiento... Lo llamaremos por su número... Sonría, que lo estamos observando, midiendo, pesando... procure ser eficiente...

lunes, 12 de marzo de 2007




Bueno, mi primer blog. No me juzguen, nunca he sido muy bueno con las computadoras, yo soy de los de papel y lápiz, y supongo que imaginarán lo dificil que es borrar con goma la pantalla del pc... Espero que este blog sea del agrado de quien tenga la suerte (o mala suerte) de caer por los azares del destino en este pequeño rincon de los dominios URL's... Este dibujo me gusta, lo hice a partir de una foto de una modelo... si, una foto, lamentable que no se pueda uno conseguir una chica dispuesta a posar sin que las cosas se manchen de un tono que no queremos aludir... pero bueno, no me voy más por las ramas, me gusta porque es simple, como la foto de dónde lo saqué, a puro lápiz a pasta... de eso se tratará mas o menos mi blog, de mis lokos dibujos (así es, loko con "k", me gusta esa letra, tiene personalidad) y de las ideas que peuda sacar de ellos... posiblemente a alguien por ahí le pueda interesar, posiblemente no, pero es sólo saber que mi idea está alla afuera, me hara dormir un poco mas tranquilo... tal vez alguien vea, lea y derepente escuche y eso , la sola probabilidad infinitamente baja, para mi no tiene precio... y bueno, en esas me voy... nos vemos a lo pronto..cuidense y revisen debajo de la cama por si esta el viejo del saco, bye...